jueves, 26 de noviembre de 2009

Las Mélidas trasladan psicodramas a la UES

“Con estos procesos se busca que entremos simples y sencillas mujeres que tenemos ganas de trabajar nuestros nudos y caminar”. Delia Cornejo, Directora en Técnicas de Psicodramas de Las Mélidas.


Texto y fotografía: Roselia Núñez

El psicodrama es un método para sondear en el fondo, la verdad del alma a través de la acción. Es además, un método de psicología y acción que de alguna manera pone en función los sentimientos y todo el cuerpo, en síntesis, explica Delia Cornejo, Directora en Técnicas de Psicodramas de Las Mélidas, es un proceso terapéutico de autoayuda.

En el país, La organización Movimiento de Mujeres Mélidas Anaya Montes, conocida como Las Mélidas son las únicas que manejan ésta técnica, la cual es muy diferente a la enseñada en la academia, donde el profesional recibe a las y los pacientes con la limitante que “yo soy la sicóloga, a mi no me pasa nada, así es que cuéntame qué problemas tienes”, lo cual a juicio de Cornejo crea una barrera entre profesional y paciente.

Otras diferencias son, que en una sesión pueden ser atendidas 20 personas como máximo, que cada una de las personas que forman parte de los procesos lo hace a partir de una decisión personal y que además, se establece una regla entre iguales, tanto entre facilitadoras y participantes, así como entre participantes y participantes, con lo cual se busca erradicar las jerarquías y los miedos a expresar “lo que me duele y ha dolido por años”.

De acuerdo a Cornejo, la formación psicodramática dentro de Las Mélidas inicio en 1996 como un proceso de transformación individual y colectiva entre mujeres que anduvieron en el conflicto armado y que se dieron la oportunidad de “repasar y triturar sus problemas y obtener mejores respuestas, enfrentando lo cotidiano, como la violencia, abandono, culpas y traumas de guerra”.

Lo anterior fue posible, a través de los psicodramas con características psicoterapéuticas, dirigidos por Ursula Hauser, de nacionalidad suiza, radicada en Costa Rica. Del proceso que duró dos años, se graduaron entre 12 a 15 mujeres y el grupo fue denominado “Brilla el sol después de la tormenta”.

Posterior a ello, vino la especialización de algunas de las mujeres participantes, quienes ahora se encargan de manejar los diferentes grupos de mujeres. Cada grupo es atendido por tres personas como mínimo, lo cual les permite manejar mejor las emociones de cada una de las personas participantes.

Hasta la fecha, ésta organización ha brindado atención a 60 grupos, lo cual comprende un número de 800 a 1000 mujeres del país. A partir de la experiencia de “Las Mélidas” y el interés al interior del Centro de Estudios de Género en que estos procesos lleguen a las mujeres de la Universidad de El Salvador, se abrió a partir de junio de 2009, el primer grupo de desarrollo personal, usando la técnica del psicodrama.

El mismo está dirigido a mujeres administrativas, docentes y estudiantes de la UES. Es así como en la actualidad se encuentran participando cerca de quince mujeres interesadas en crear una nueva relación entre mujeres.

De acuerdo a Marlene Lozano Martínez, Directora del Centro de Estudios de Género, el interés en trasladar estos procesos a las mujeres de la Universidad, surge a partir de la búsqueda por construir nuevas relaciones entre mujeres “que nos muestran que aunque difícil y en tensiones heredadas del sistema podemos cambiar centímetros vitales de la cultura”.

Pero, qué son realmente los Psicodramas
Al preguntarle a muchas mujeres de la comunidad universitaria si querían formar parte de este proceso, muchas de ellas respondieron con otra pregunta, ¿qué son los psicodramas y en qué me podrán ayudar, porque dicen que ahí se va a llorar y yo no quiero eso?.

La respuesta fue, es un espacio donde habrá solo mujeres con ganas de descubrir qué les duele, qué les pone triste y qué les hace ser como son y si usted no quiere llorar no lo va a hacer, si quiere reír lo puede hacer.

Ante eso, la respuesta de muchas de ellas fue, “bueno está bien anóteme, a ver qué pasa”. Al final de todas las dudas y miedos a formar parte de los psicodramas, muchas se han mantenido hasta la fecha de hoy.

Pero en sí ¿qué son los psicodramas?. Son un espacio donde se busca crear una nueva relación entre mujeres, a través de la búsqueda “del pasado, para corregir el presente y el futuro, porque de lo contrario siempre vamos a arrastras lo que nos afecta desde la infancia, la juventud y la adultez misma, etc.”.

Durante el proceso se utilizan las técnicas psicodramáticas partiendo de tres momentos (calentamiento, catarsis y compartir). Durante las sesiones se establecen algunas normas de convivencia para cumplir el lema “lo que aquí se habla, aquí se queda”.

En las sesiones del psicodrama “se aborda lo personal y lo social, así como lo público y privado, asomándonos a la esperanza y a la felicidad y en esa búsqueda vamos juntas, con las manos fuertemente unidas, llevando consigo el lema “una para todas y todas para una”.

“El psicodrama me salvó la vida”
“En mi caso (cuenta Delia Cornejo), con los psicodramas descubrí, por qué le tenía tanto miedo a la soledad y por qué me sentía culpable de la guerra. La parte más difícil fue descubrir que tenía dos hijos y que no los conocía y que el cerebro los había desmontado y que fue todo ese sentimiento de culpa el que me hiso perder la consciencia como una forma de evitar el sufrimiento.

Antes a este proceso, “yo no podía hablar del tema, si me preguntaban por mis hijos y lo negaba, pero posteriormente me derrumbaba”. Una forma de evadir la realidad era a través del trabajo, ya que trabajaba de día y de noche, los fines de semana, etc.

De ahí, “que considero a los psicodramas fundamentales para descubrirme y sobre todo para perdonarme, porque yo no tuve la culpa de la guerra, ni de haber perdido a mis hijos, pero fue a partir de ahí que entendí que no tenía porque estar torturándome y auto-castigándome”.

“Ahora, trabajo pero me doy mi tiempo y pienso en lo que pasó, disfruto lo que estoy viviendo pero de una manera responsable, no escondiéndome, porque esa es una de las mejores formas de ser sincera con migo misma y felices, ya que a este mundo no hemos venido a ser sufrir”.

En ese sentido, aclaro que no soy psicóloga, pero que manejo esta técnica que me salvó la vida y pongo a disposición de muchas otras mujeres que quieran formar parte de los grupos de psicodrama de las Mélidas, impartido ahora también a mujeres de la Universidad de El Salvador.